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CAST. La austeridad sin matises a la que se ha sometido a Grecia ha hecho saltar las costuras de un país frágil, insonsciente de las reglas para administrar los fondos públicos, irresponsable y ahora incapaz de formar un gobierno estable. Lo cierto es que las dos elecciones del domingo (06/05/12), se pueden sacar dos conclusiones: la primera es que la victoria de Hollande puede significar un reequilibrio de la política alemana y la aparición del concepto de crecimiento por encima de la austeridad; la segunda es que Grecia sigue siendo un enfermo en fase terminal de esta Europa que ha perdido el hilo conductor de su fundación: el progreso, la paz, la libertad y la solidaridad. Alemania puede ser responsable de la drástica austeridad aplicada a los griegos y en toda Europa, pero los culpables de lo que pasa en Grecia son los griegos.
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